Nadya Hernández y el sueño inconcluso de remodelar su casa

Nadya Hernández y el sueño inconcluso de remodelar su casa

Nayda Hernández tiene 28 años y llegó al poblado de Villa Batanes, ubicado en el distrito de Chulucanas, provincia de Morropón, en la región Piura, hace un poco más de siete años. Estaba embarazada de la que sería su hija, y llevaba la ilusión de formar un hogar decente junto a su pareja. Luego de probar suerte en otros poblados de Chulucanas, decidieron que aquel terreno dominado por pastizales y suelo húmedo (por su cercanía al río) sería propicio.

Poco a poco se fueron acomodando, y lo que parecía un espacio abandonado a su suerte fue tomando la forma de un hogar. Humilde, pues era construido en base a adobe, pero un hogar al fin y al cabo. El hogar en el que Nadya Hernández se entregaría cien por ciento al cuidado de su hija. Fueron años duros, pero tanto Nadya como su pareja no perdieron la fe. Llegó un trabajo ocasional para él. Luego otro. Y después, incluso Nadya tuvo la oportunidad de trabajar, y el sueño empezó a parecer realidad.

“Yo tenía planes de arreglar y mejorar mi vivienda, hacerla crecer”, nos cuenta Nadya. “Queríamos hacer divisiones en los cuartos para que mi hija tenga su propio espacio cuando crezca, y queríamos de verdad volver más segura la casa. Ponerle ladrillos e incluso construir un segundo piso”. Todo se desmoronó a raíz de las lluvias ocasionadas por el Fenómeno El Niño Costero, que puso en desgracia a miles de peruanos a inicios del 2017. “Fue una experiencia horrible”, nos dice Nadya. “Ya había habido una inundación cerca a Villa Batanes, pero pensábamos que eso sería todo, que no llegaría hacia nosotros. Pero el 18 de marzo se inundó todo”.

Nadya nos cuenta que esa noche del 18 no pudo dormir. “Había truenos, relámpagos. Estaba aterrada”. Cuando dejó de llover, Nadya notó que el agua aún estaba baja, y pensó que podía volver a su casa. “Pero luego un vecino nos avisó que la acequia estaba llegando hasta donde estábamos. Y notamos que el agua subía y subía, sin darnos opción a nada. No me quedó otra que sacar lo más importante de mi casa e irme”.

Lo peor llegaría después, porque las lluvias se transformaron en inundaciones y las inundaciones se encargaron de destrozar muchísimas viviendas, como la de Nadya Hernández. Ella y miles de personas más en la región Piura debieron evacuar de sus hogares. Mucha gente se refugió en albergues temporales, y algunos cuantos, como Nadya, tuvieron la suerte de ser recibidos por familiares. “Yo me fui a la casa de la suegra de mi hermana unos días, y después me fui a donde mis papás”.

La calma, poco a poco
Luego de casi tres meses de vivir en albergues temporales, cerca de 231 familias de las localidades de Villa Batanes y La Encantada, en Piura, han empezado varias acciones comunitarias y familiares para el retorno a casa, gracias al apoyo de Soluciones Prácticas y su proyecto “Respuesta emergencia agua y saneamiento en Piura (Agua Segura)”, la Fundación Poul Due Jensen, en coordinación con la Municipalidad de ambas localidades, se logró donar un kit de agua segura a cada familia, consistente en un tacho de 85 litros, un balde de 20 litros y otro balde más pequeño de cinco litros para clorar agua de consumo humano. Del mismo modo, se ofrecieron mosquiteros para todos los miembros de cada familia.

Además, en coordinación con el puesto de salud local, se les capacitó en agua, saneamiento e higiene (ASH), recibiendo charlas sobre el cuidado de lavado de manos para prevenir la propagación de enfermedades como el dengue.

A la fecha se ha dado el punto de partida con acciones de limpieza de escombros, rehabilitación de zonas anegadas, nivelación y compactación de suelos contaminados, desinfección y fumigación de hogares, buscando reestablecer las zonas para tener los suelos más salubres y evitar enfermedades.

De la mano de Soluciones Prácticas, se organizaron 11 grupos (o brigadas de limpieza), cada uno integrado en promedio por 10 o 12 personas, y con un jefe responsable elegido por el grupo. Durante 12 días cada brigada realizó los trabajos de limpieza o rehabilitación casa por casa, comprendiendo las viviendas de los mimos integrantes en jornadas de seis horas diarias.

Para ello, recibieron capacitaciones en el manejo de escombros y residuos sólidos; en el uso de indumentaria de seguridad personal; en el manejo, mantenimiento y control de moto fumigadoras y moto compactadoras de suelos; en el rescate en caso de accidentes; y finalmente en conocer el protocolo de uso del seguro de vida en caso de accidentes. La meta es propiciar el retorno de 531 familias de las localidades de Villa Batanes, La Encantada (Chulucanas), Cuatro de Mayo (Castilla) y La Huaquilla (Morropón).

Cuando a Nadya le dijeron que debía sacar solo lo más importante de su vivienda, sospechó que venía lo peor, y se trajo consigo su cocina, ventilador, ropa, zapatos, su comedor y hasta su cama. Hoy todo lo tiene en la casa de sus padres, pero siente que este primer paso dado gracias a Soluciones Prácticas es el inicio de un camino que la llevará hasta su nuevo hogar. “Se está avanzando poco a poco, y al menos no nos sentimos abandonados. Hay mucho por hacer, claro, no todos los terrenos están limpios. Hay algunos que están por sacar los techos, otros por derrumbar paredes, hay otros lugares en los que debemos pasar la máquina compactadora para que el terreno sea más seguro. Pero estamos avanzando”. Con calma y fe, Nadya, ya llegará el día en que todos los planes que tenías para tu casa se harán realidad.

Escrito por Gabriel Reaño para Soluciones Prácticas